El individuo y la historia

Karel inicia con concepciones antinómicas, en las cuales nos explica la visión que se tenía de la relación entre los términos de historia e individuo para determinar su función específica. El individuo al tener contacto con la historia se convierte en un GRAN INDIVIDUO creador de la historia o en un SIMPLE INDIVIDUO aplastado por la historia. Lo cual nos indica que la relación entre la historia y el individuo se expresan mediante concepciones contradictorias; una afirma que los grandes individuos crean la historia, la otra, que la historia toma forma a partir de fuerzas supraindividuales. 

A pesar de que estas posiciones parecen excluirse tienen muchos puntos en común ya que ambas coinciden en considerar la creación de la historia como un privilegio otorgado a los grandes individuos o a abstracciones hipostasiadas. 

En la perspectiva del Gran individuo los hombres se dividen en dos categorías; La primera comprende a la mayoría de ellos en la cual figuran como simples objetos de la historia. La segunda comprende a los aspirantes del papel histórico y por lo tanto se convierten en enemigos potenciales. El individuo se hace histórico en la medida en que su actividad particular tiene un carácter general, es decir, sus acciones tienen repercusiones generales, es decir, que el gran individuo que al principio era un creador de la historia, se convierte en instrumento de la misma.