Urge Preparación en Educación de Adultos

Tradicionalmente la formación de docentes de secundaria en las universidades hace énfasis en la concreción de habilidades, destrezas, metodologías y contenidos que posibiliten la enseñanza-aprendizaje de adolescentes, sin embargo, se debe tener en cuenta que en el sistema educativo nacional convergen múltiples y complejas ofertas educativas: diurna, nocturna, técnica, abierta, entre otras, cada una con sus peculiaridades.

Teniendo presente lo anterior es necesario que el docente de secundaria maneje de forma sistémica, epistemológica y metodológica una serie de destrezas para trabajar con aquella población que no necesariamente responde a los planteamientos de la teoría pedagógica tradicional, los colegios nocturnos, CINDEAS y los proyectos de educación abierta son ejemplo de ello. Estas ofertas educativas agrupan a estudiantes de muy diversas edades siendo, la población adulta parte integrante de la misma, una población que responde a necesidades diferentes de aprendizaje y aun ritmo diferenciado del mismo, máxime si han estado alejados de las aulas por algunos años.

Indudablemente la población adulta tiene el derecho a seguir cursando los estudios primarios-secundarios en las diversas modalidades educativas existentes en nuestro país, rompiendo con ello las barreras que antaño los excluyeron de la educación diurna tradicional. Para lograr este objetivo no basta con la ganas de salir adelante que poseen muchos de ellos, una exitosa concreción del aprendizaje debe partir entre otras cosas de una adaptación del currículo, de la incorporación de innovaciones tecnológicas al proceso de enseñanza, la implementación de un aprendizaje horizontal-vivencial, holístico, una educación basada en la crítica y reflexión de la realidad que supere una simple educación para el trabajo y alfabetizadora, que logre concientizar a los estudiantes sobre la dinámica y contradicciones de la sociedad, a pesar del grado de interiorización de valores que estos puedan presentar. En fin, un conjunto de elementos articulados que permitan un ambiente educativo propicio para el aprendizaje.

No cabe duda que llevar a buen puerto esta empresa requiere de la colaboración estrecha de todos los actores involucrados siendo el MEP, las universidades, sindicatos, estudiantes, entre otros, parte fundamental de los mismos, en este sentido es necesario plantear juntos la necesidad de incluir en los planes de estudios de las carreras de enseñanza que se imparten en las universidades un curso o seminario que problematice y teorice sobre la educación de adultos desde una óptica andragόgica, un espacio propicio para la disertación sobre estos temas es necesario para sea el nicho donde se gesten respuestas efectivas a los múltiples problemas que esta pueda presentar. Problemas que históricamente han sido invisibilidades por la mayoría de los responsables.

La educación de adultos debe abandonar el empirismo que la aqueja, el desarrollo de un perfil docente que integre conocimientos de una manera sistemática para trabajar con esta población es indispensable. La inversión en investigación, capacitaciones y talleres en estas temáticas deben ser pensados para que de a poco se logre un acercamiento a metodologías y propuestas didácticas novedosas que dinamice la calidad y los espacios de aprendizaje. La educación formal de adultos es una necesidad, no un lujo.